En esta modalidad la cuota expresada en UVR es la misma durante toda la vigencia del crédito, pero al convertirla a pesos la cuota variará de mes a mes en la misma proporción que la inflación (a dicha cuota se le adicionan los seguros). En consecuencia, bajo este sistema la cuota en pesos es menor al iniciar el crédito y va aumentando a medida que aumente la inflación. Por su parte, el saldo de capital empieza a disminuir transcurrido el 20% del plazo del préstamo.
Esta opción es viable para las personas que proyectan tener aumento de ingresos por lo menos al nivel de la inflación. La tasa de interés en este sistema de amortización es más baja que la tasa de interés ofertada para créditos con cuota fija en pesos.