Durante años los bancos han utilizado en sus procesos y productos los tipos de interés de referencia (IBORs) como, por ejemplo, la LIBOR (London Interbank Offered Rate) o la EONIA (Euro Overnight Index Average). Sin embargo, los casos de intento de manipulación de estos tipos de referencia a nivel global, junto con la disminución de la liquidez en los mercados interbancarios de financiación no garantizada después de la crisis, han diluido su representatividad y confianza.
Como consecuencia de lo anterior, durante Julio del 2017, la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido (FCA, por sus siglas en inglés) declaró que después del 31 de diciembre de 2021, las tasas IBOR llegarían a su fin. A partir de ello, diferentes reguladores formaron grupos de trabajo comprendidos por representantes de los sectores público y privado para desarrollar las tasas alternativas que servirían como reemplazo de las tasas IBOR que actualmente son aplicadas. Estas han sido denominadas tasas libres de riesgo alternativas (Risk Free Rates - RFRs, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, el ARRC (Alternative Reference Rates Committee) es un organismo constituido en 2014 por la Reserva Federal y la Fed de Nueva York con el propósito de apoyar en la transición exitosa desde LIBOR USD hacia la SOFR (Secured Overnight Financing Rate). Esta última es considerada como una tasa de referencia más robusta (RFRs), principalmente debido a que se basa en un amplio mercado de operaciones repo (USD) colateralizadas con títulos del Tesoro de los Estados Unidos. En esa medida, el ARRC con el apoyo de múltiples agentes del mercado, han recomendado de manera reiterativa cesar la oferta de nueva operativa bajo LIBOR USD a partir de enero de 2022; dando así paso a la implementación de las nuevas tasas de referencia.